Orgullo. Eso es lo que sienten los santacrucinos cada vez que llega el Miércoles Santo. La procesión más multitudinaria de Alicante es, al mismo tiempo, la más familiar. El pequeño barrio ubicado a las faldas del castillo de Santa Bárbara es un bullicio de gentes que vienen y van. Más de un millar de personas componen esta hermandad y todos con vinculación familiar o personal con este barrio. Si no es así es difícil formar parte, por ejemplo, de las cuadrillas de costaleros de los cuatro tronos que procesionan.
El Descendimiento a su paso por la C/San Antonio. FOTO: Manuel R. Sala |
Sin duda, el Miércoles Santo en Alicante tiene nombre propio y es Santa Cruz. Desde primera hora de la tarde las escaleras y rincones del empinado barrio se llena de gente que no quiere perderse ni un detalle. Ni si quiera el fuerte calor con el que este año ha sorprendido a la Semana Santa es un problema. Tanta afición es signo de que la ciudad sabe que lo que a la falda del castillo está ocurriendo es algo importante.
Este año, además, la hermandad está de celebración. 50 años cumple una de las imágenes más características de la cofradía. El Cristo de la Fe, conocido popularmente como el 'Gitano', elaborado por el artista imaginero Luis Ortega Bru, ya tiene medio siglo y es uno de los que más respeto y devoción provoca entre los amantes de la Semana Santa alicantina. Desde los balcones de las blancas casas del barrio salen infinidad de manos para conseguir tocar el madero. "Este año la primera levantá será más especial si cabe y se la vamos a dedicar a los fundadores, a los primeros que sacaron el paso, que ya no queda ninguno", explica un emocionado capataz, Ramón Riquelme.
Junto al 'Gitano' procesiona el conocido paso como 'El Descendimiento', el más antiguo de la hermandad. Seis imágenes, talladas por el conocido imaginero Castillo Lastrucci, suman dos toneladas de peso repartido entre los honrosos costaleros. Solo los hombres pueden formar parte de la cuadrilla por motivos familiares. Y es que, la tradición es lo que prima y los puestos se pasan de padres a hijos.
La Virgen de los Dolores al comienzo de la procesión. FOTO: Manuel R. Sala |
Eso sí, los otros pasos volvieron a lo alto del barrio. Al punto más elevado de la ciudad de Alicante en volandas por los costaleros. Y es que, si no suben corriendo las escaleras sería imposible llegar. De nuevo las calles del barrio llenas de gente. "Es fundamental el apoyo del público. Es el punto que nos falta para conseguir cumplir y cerrar la procesión", concluye Ramón Riquelme.
(NOTA: Pronto publicaremos los vídeos de los cuatro pasos.)
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