jueves, 17 de abril de 2014

Riesgo, claveles y lágrimas para Santa Cruz

Orgullo. Eso es lo que sienten los santacrucinos cada vez que llega el Miércoles Santo. La procesión más multitudinaria de Alicante es, al mismo tiempo, la más familiar. El pequeño barrio ubicado a las faldas del castillo de Santa Bárbara es un bullicio de gentes que vienen y van. Más de un millar de personas componen esta hermandad y todos con vinculación familiar o personal con este barrio. Si no es así es difícil formar parte, por ejemplo, de las cuadrillas de costaleros de los cuatro tronos que procesionan. 

El Descendimiento a su paso por la C/San Antonio. FOTO: Manuel R. Sala
No sólo el increíble número de personas que participan en ella la hace única. Es el riesgo que entraña la bajada de las empinadas y resbaladizas escaleras que conectan lo alto de la ermita con la Plaza del Carmen lo que la hace diferente a cualquiera que se pueda conocer. Y esto, sumado con el maravilloso entorno, convierte la procesión de Santa Cruz en una de las más características de toda España. Claveles, banderas y mantones de manila acicalan los balcones para lucir la procesión. Y nadie, ni alicantinos ni visitantes se la quieren perder. Por eso esperan horas y horas para vivir en primera persona este momento.

Sin duda, el Miércoles Santo en Alicante tiene nombre propio y es Santa Cruz. Desde primera hora de la tarde las escaleras y rincones del empinado barrio se llena de gente que no quiere perderse ni un detalle. Ni si quiera el fuerte calor con el que este año ha sorprendido a la Semana Santa es un problema. Tanta afición es signo de que la ciudad sabe que lo que a la falda del castillo está ocurriendo es algo importante. 


Este año, además, la hermandad está de celebración. 50 años cumple una de las imágenes más características de la cofradía. El Cristo de la Fe, conocido popularmente como el 'Gitano', elaborado por el artista imaginero Luis Ortega Bru, ya tiene medio siglo y es uno de los que más respeto y devoción provoca entre los amantes de la Semana Santa alicantina. Desde los balcones de las blancas casas del barrio salen infinidad de manos para conseguir tocar el madero. "Este año la primera levantá será más especial si cabe y se la vamos a dedicar a los fundadores, a los primeros que sacaron el paso, que ya no queda ninguno", explica un emocionado capataz, Ramón Riquelme.

Junto al 'Gitano' procesiona el conocido paso como 'El Descendimiento', el más antiguo de la hermandad. Seis imágenes, talladas por el conocido imaginero Castillo Lastrucci, suman dos toneladas de peso repartido entre los honrosos costaleros. Solo los hombres pueden formar parte de la cuadrilla por motivos familiares. Y es que, la tradición es lo que prima y los puestos se pasan de padres a hijos. 


La Virgen de los Dolores al comienzo de la procesión. FOTO: Manuel R. Sala
El elenco de pasos de la hermandad los cierran el Cristo de Medinacieli, elaborado por Valentín Quinto en 1995 y la Virgen de los Dolores, del mismo imaginero portada exclusivamente por mujeres. Valientes mujeres que no temen las dificultades y que este año no han podido terminar la procesión. Un problema en la estructura del trono impidió que pudieran devolver a la Virgen hasta la ermita. Lágrimas, rabia y tristeza. Y es que, son muchos días esperando el momento. Promesas, recogimiento, penitencias... muchos motivos y su procesión se quedó a mitad. 


Eso sí, los otros pasos volvieron a lo alto del barrio. Al punto más elevado de la ciudad de Alicante en volandas por los costaleros. Y es que, si no suben corriendo las escaleras sería imposible llegar. De nuevo las calles del barrio llenas de gente. "Es fundamental el apoyo del público. Es el punto que nos falta para conseguir cumplir y cerrar la procesión", concluye Ramón Riquelme.

(NOTA: Pronto publicaremos los vídeos de los cuatro pasos.)

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