sábado, 3 de mayo de 2014

A dos centímetros de la pared

Tan sólo dos centímetros. Esa es la distancia exacta que separa el trono de Jesús Despojado de sus Vestiduras de la pared. Tan sólo dos centímetros que convierten el primer tramo de la procesión de los Agustinos en algo único y especial de la Semana Santa Alicantina. 

El barrio de San Roque acoge esta procesión, en el mismo sitio donde se crearon los primeros asentamientos agustino en la ciudad de Alicante. Desde las faldas del castillo los costaleros consiguen portar el trono por las estrechas calles. "Fue un reto. Tuvimos que cambiar el itinerario desde la ermita hacia el convento de las Reverendísimas monjas Agustinas por la modificación en unas obras. Ahora sabemos que ésta es una de nuestras particularidades", asegura Iván Pérez, capataz del paso de Jesús Despojado. 



"Hasta tres maniobras tenemos que llegar a hacer para conseguir salir del primer tramo del recorrido", explica Iván, al mismo tiempo que siente el orgullo correr por los poros de la piel mientras lo cuenta. Este momento es uno de los grandes desconocidos de la Semana Santa alicantina. Seguramente será porque entre el trono y la pared no cabe un suspiro. "No hay posibilidad de que nos siga el público, tan sólo la gente de los balcones. Aunque cada vez hay más. Se nota la expectación", asegura el capataz. 

Será por la dificultad, por la soledad, ese recogimiento entre costaleros y trono, lo que hace que la adrenalina corra entre los 50 portadores. "Cuando llegamos a la plaza del Puente ya hemos liberado toda la emoción. A partir de ahí, es sólo disfrutar", intenta transmitir Iván Pérez que reconoce el nivel máximo de concentración que tiene durante esos metros.

Momentos de tensión que se hacen patentes cuando consiguen salvar las macetas, las flores, los balcones y la estrechez de la calle que les obliga a tener que retirar uno de los varales del trono. "Si no lo hacemos así es imposible. El riesgo de esta maniobra no es sólo el peso que aumenta en los tres varales restantes. Hay que mantener el equilibrio, repartir el desnivel y evitar que no ceda en ningún caso", analiza Iván. "Una mala orden también sería fatal",concluye. 

Pero una vez solventado los escollos del primer tramo la procesión de Jesús Despojado de sus Vestiduras tiene otras particularidades. Su capataz ha conseguido que el trono y sus costaleros sean reconocidos, también, por el buen saber a la hora de marcar el paso. "Hemos conseguido marcar los pasos al son de las piezas que toca la Agrupación Musical de la Cruz Roja de Tobarra igual que se hace con los tronos de costal pero con un paso de varal", reconoce el mérito el capataz. Y es por eso que cada vez más gente se arremolina al inicio de la calle Toledo para ver marcar el paso a los costaleros. "Esto sí que lo ensayamos mucho. A lo largo del recorrido podemos llevar ocho piezas especiales", concluye Iván. 

El paso de Jesús Despojado de sus Vestiduras es uno de los tres que conforman la procesión de la Hermandad que lleva su nombre. La más joven de toda la Semana Santa de Alicante. Este 2014 ha sido su decimosexta estación de penitencia. Sin embargo, tiene mucho futuro. "Nuestro gran valor son la cantidad de niños con los que contamos", analiza el capataz que recuerda que en la hermandad tienen una escuela de costaleros y una de tambores.